¿Pueden las leyes coartar la creatividad en la era digital?

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Jornada organizada por la Universidad Complutense de Madrid

Las industrias creativas están creciendo de manera acelerada con todos los cambios que estamos viviendo en cuanto a tecnologías de la información y la comunicación. En este panorama, se hace indispensable que haya una legislación acorde a los nuevos tiempos. Pero, ¿son estas leyes adecuadas o limitan la labor creación de contenidos? 

Este fue uno de los puntos tratados en el encuentro online organizado por la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid “La creatividad en el entorno digital”, que fue moderado por el director general de AISGE y profesor de dicha universidad, Abel Martín Villarejo

Según indican desde la Universidad, nos hallamos inmersos en la era digital y, por ende, en la denominada “Cuarta Revolución Industrial”, fruto de la convergencia de la tecnología digital y demás avances tecnológicos. En dicho entorno, las posibilidades de innovación y de creación de contenidos se han incrementado exponencialmente en las dos últimas décadas, lo que ha determinado un cambio de paradigmas sociales, económicos y culturales de magnitudes desconocidas, dando lugar a nuevos modelos de negocio y al replanteamiento de los negocios y actividades tradicionales. Tales potencialidades, no obstante, solo pueden desarrollarse si se cuenta con un marco legal adecuado y actualizado, que equilibre todos los intereses en juego, facilite el acceso a esos bienes y ofrezca seguridad y garantías para todas las partes. Todos los esfuerzos serán pocos para instar soluciones desde perspectivas diversas (técnico-tecnológicas, jurídicas y de otras índoles) y conciliadoras con todos los intereses en juego. 

Según Martín Villarejo, la creatividad y la tecnología siempre han ido de la mano. El contexto digital es global así que las soluciones legales tienen que ser globales.  

Para Paolo Lanteri, oficial jurídico de la División de Derechos de Autor de la OMPI, es una necesidad responder al nuevo entorno digital dado que los datos apuntan a que en 2022 el 5,4% de la población tendrá acceso a internet, mientras que cuando se hicieron las primeras normas en este ámbito solo este porcentaje solo era de 1%. Se están produciendo cambios estructurales con nuevos jugadores con roles fundamentales, como puedan ser Netflix, Tik Tok o Youtube, por lo que hay que poner al día las normas. “Hoy en día las normas internacionales en propiedad intelectual son un producto escaso y difícil de conseguir por razones geopolíticas y económicas a pesar de ser muy necesarias para garantizar la viabilidad económica de las industrias creativas y el patrimonio cultural de todo los países”, afirmó.

En este sentido, Martín Villarejo añadió que “los dogmas del siglo XIX de los derechos de autor habría que actualizarlos”. 

No obstante, la visión contrasta con el punto de vista de Mabel Klimt Yusti, abogada y socia responsable del área Media & Entertainment en Elzaburu, y presidenta de DENAE, quien sugirió la creación de una regla clara básica que aplicara a todos los supuestos para Europa en lugar de una continua regulación. “La creatividad y el contenido deben tener una compensación para protegerlos. Pero hay que ver cuáles son los mecanismos y si se pueden simplificar”, añadió, poniendo como ejemplo la industria del videojuego como un área del que poder extraer modelos de actuar a la hora de legislar. 

También se refirió al sector del videojuego Andy Ramos Gil de la Haza, Counsel Departamento de Propiedad Intelectual, Industrial y Tecnología en Pérez-Llorca Abogados, explicando que se ha producido una especie de autorregulación con la que los creadores están satisfechos. Para él la creatividad no ha estado en juego nunca, sino que el desafío ha sido la monetización de esa creatividad. 

Por su parte, Giuseppe di Bella, EMEA IP Counsel de Netflix Para España, Portugal e Italia, opinó que los retos se plantean porque el marco normativo va más lento que el desarrollo creativo y existen muchas dudas en cuanto a qué legislación aplicar para producciones que se van a exportar a diferentes países. Asimismo, apuntó a la necesidad de encontrar un equilibrio para navegar en estos retos. 

José Antonio Hernández García, CEO de Microsoft Europe (Digisanse Group), ofreció una visión futurista contemplando diferentes escenarios tecnológicos a los que nos vamos a enfrentar con nuevas fórmulas de interactuación sin límites donde existirán creadores de vidas, creadores de intenciones y creadores de pensamiento. “No estamos preparado a nivel legislativo ni para lo que hay ahora y evidentemente tampoco para lo que viene. Será algo fascinante y vertiginoso.” Klimt Yusti insistió en que el derecho no tiene que cubrir algo que todavía no es una necesidad: “Cuando ya sepamos hacia qué lugar avanzamos entonces regulamos. Si empezamos regulando estamos  poniendo límites a la creatividad”. 

En medio del debate, también hubo tiempo para reflexionar sobre la necesidad de redefinir los conceptos de autor y obra en un entorno digital en el que las máquinas también van adquiriendo capacidad de narrar historias.

El objetivo principal de esta jornada fue apuntar los problemas generales y sus soluciones a cuestiones que constituyen ya el día a día de cada ciudadano, empresa, corporación, estado, etcétera. Porque, de acuerdo con la UCM, la creatividad es lo que hace progresar al ser humano, pero dicho proceso necesita de unos cauces y un entorno propicio, flexible y a la vez protector: “El tema se haya en un punto de inflexión tal que, en función de cómo se produzca su desenlace, marcará el devenir del desarrollo económico, social, cultural y científico de la humanidad para las próximas décadas”.

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Por Paula Pielfort Asquerino

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